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La bicicleta de Muhammad Ali

A veces el mundo gira hacia un sentido diferente del que nosotros pensamos. Como bien sabéis, recientemente ha fallecido uno de los símbolos del siglo XX, el gran Muhammad Ali. Para los más jóvenes apenas es un susurro, pero para los más veteranos es algo más. Pues bien, aunque sea conocido como uno de los grandes del boxeo, su carrera sorprendentemente está ligada al mundo de la bicicleta.

En su ciudad natal de Louisville, saben bien que lo que mejor representa los inicios de este Grande, no son unos guantes ni un ring, sino una bicicleta, el motivo por el cual Ali, se consagró al boxeo.

Cuenta la leyenda que en 1954, por entonces Ali, apenas tenía 12 años, aparcó su bicicleta junto al gimnasio Columbia y que se la robaron. Ali, furioso, entró al gimnasio Columbia para denunciarlo donde se encontró con un agente de policía y entrenador de boxeo, que le recomendó que antes de buscar venganza, debería aprender a pelear. Una frase que caló tan profundo en el joven, que le llevó a convertirse en los años posteriores en una de las mayores leyendas del boxeo.

Prueba de la importancia de esta bicicleta es la avalancha de peregrinos que acuden a lo que entonces fue el gimnasio Columbia, a rendir homenaje al Gran Ali, en la fachada de cuyo edificio cuelga una pequeña bicicleta roja y blanca como la que fue sustraída al activista y boxeador Muhammad Ali, junto a una de sus frases más elocuentes…

“no cuentes los días, haz que los días cuenten”

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