En el mundo de las bicicletas, si no estamos atentos, a veces se nos pueden escapar nuevas tecnologías o mejoras que pueden sernos de utilidad o cubrir esos sueños que algunos hemos tenido alguna vez, como el de no tener que preocuparnos por los pinchazos.
Como bien sabemos casi todos los que vamos en bicicleta, a la hora de montar la rueda podemos optar por un sistema clásico de cámara y cubierta, que al pinchar parcheamos o cambiamos. También existe la opción de usar el sistema tubeless que a día de hoy es de los más extendidos y que ya hablamos de sus virtudes en un post anterior con el título de qué es tubeless.
La opción que aquí os traemos es la menos conocida y que viene heredada del mundo del motocross, aunque ahora es posible encontrarla en diversas disciplinas de bicicleta, desde gravel hasta enduro.
Os hablamos de los mousses, que a groso modo son un aro normalmente de un compuesto de tipo espuma, aunque también pueden estar constituidos de un material plástico, que se colocan en el lugar dónde iría la cámara y que normalmente están indicados para cubiertas tubeless en las que igualmente hay que seguir añadiendo líquido antipinchazos además de aire para llevar la presión idónea.
Aunque parezcan exclusivos de las ruedas tubeless, también los hay para ruedas con cámara y su montaje es bastante sencillo, dónde lo más importante es decidir las medidas según nuestras ruedas y el modelo, pues los hay con espumas de mayor o menor capacidad de absorción e infinidad de formas.
Aunque tiene más ventajas que inconvenientes, aquí os dejamos un listado de lo que consideramos las mayores ventajas de estos mousses.
- Protege a la llanta de golpes
- Evita los pinchazos por corte
- Podrías llegar a rodar sin aire, sin “destrozar” las llantas
- Mayor rigidez y estabilidad al neumático
- Alta durabilidad del material
- Permite circular con presiones más bajas lo que se traduce en una mayor tracción
En general los que lo hemos probado en bicicletas completamente rígidas ya sean de gravel, pero sobre todo de montaña, es notoria esa mayor tracción y control ya que tenemos una amortiguación extra y mejora las sensaciones al ir con nuestra bicicleta en terrenos muy irregulares.
Finalmente, en cuanto a las desventajas tendríamos un aumento de peso que dependiendo de la disciplina de bicicleta que practiquemos puede ser mayor o menor, rondando entre los 50 y 140gr por rueda. Como siempre este hándicap, depende de lo rigurosos o no que seamos con el peso total de nuestra bicicleta y si la comodidad de reducir a la mínima los pinchazos vale la pena por unos cuantos gramos de más.