Pedales Automáticos

Pedales Automáticos

Ha llovido mucho desde que en 1983 de la mano de Look, aparecieran los que muchos conocen como la primera vez que se vieron unos pedales automáticos en acción, y que al año siguiente con los Look PP65 se hicieron con el mercado. Pero como siempre pasa o al menos pasaba en el mundo de las bicicletas de montaña, muchas de las innovaciones técnicas, provienen del ciclismo.
La invención de estos pedales automáticos, fue un gran avance en el mundo del ciclismo, como también lo fue en el mundo de la bicicleta de montaña. No sólo a nivel de seguridad cuándo hablamos de saltos, y de posibles perdida de agarre de unos pedales sin “enganche”, sino también por la eficacia del pedaleo, ya que como ya vimos en una entrada anterior sobre la pedalada redonda, ofrecen un gran beneficio.

De las primeras cosas que uno se plantea cuándo empieza a tomarse más en serio el mundo de la bicicleta de montaña, es la posibilidad de colocar unos pedales automáticos. Ante esta primera duda, siempre va acompañado el miedo de no poder sacar el pié de la cala, o la posible dificultad en engancharlo. Realmente es como muchas cosas en el mundo de las bicicletas de montaña, sólo cuestión de acostumbrarse ya que los beneficios son mucho mayores que los riesgos.

Podríamos decir que el 99% de los aficionados que participan en rutas de montaña llevan este tipo de pedales automáticos y las razones podríamos resumirlas de la siguiente manera:

1. Una de las primeras ventajas de los pedales automáticos es que se lleva una sujeción mejor del pié, ya que es obvio que nuestras zapatillas van “unidas” al pedal de la bicicleta, con lo que la posibilidad de que por falta de agarre se desplace en un salto, una bajada, o una trialera es nula. Esta sujeción extra en nuestra bicicleta de montaña, nos da ese plus de seguridad al saber que salvo una angulación excesiva de nuestro pié, nunca nos separaremos de nuestra bicicleta.

2. La posición de nuestro pié, una vez ajustados correctamente los pedales automáticos en nuestra bicicleta de montaña, será siempre la correcta, por lo que nos ahorraremos futuras lesiones.  Para lograr esto, es esencial que la posición y angulación de las calas sea la correcta, recondando siempre que el pedal debe ir debajo de lo que se llama metarso y paralelo al eje de pedalier de nuestra bicicleta de montaña.

3. El pedaleo será más eficaz, logrando esa pedalada redonda en nuestra bicicleta de montaña, de la que ya hablamos en otro posteo del blog. Que para aquellos que no la recuerden en resumen se trabaja de no sólo hacer fuerza hacia abajo sino también ayudar con el pié contrario hacia arriba, ya que al ir enganchados con nuestros pedales nos permite realizar este movimiento. Mejorando así la efectividad de la pedalada, y evitar lesiones y dolores articulares.
En cuanto a los inconvenientes de los pedales automáticos en las bicicletas de montaña, podríamos citar el precio, el tener que comprar unas zapatillas específicas, y ese “miedo escénico” de los principiantes a caerse debido a no poder soltar el pié del pedal.
Como todo, es cuestión de práctica y recordaros que es posible ajustar los pedales para ir gradualmente apretándolos de manera que al principio se suelten con rapidez y con el tiempo vayamos endureciéndolos, así que guardar el miedo para las películas de terror.