Uno de los mejores amigos de las bicicletas es la grasa y los lubricantes, el buen engrase de todas las piezas móviles de las bicicletas nos asegura que todo va a funcionar como el primer día. Debemos tener en cuenta que las bicicletas cuando las usamos están en constante movimiento y tienen decenas de piezas móviles que se exponen a todo tipo de inclemencias del tiempo.
Las bicicletas de todo tipo nunca están exentas del polvo, la suciedad y el agua, aunque normalmente sobre ellas recae un conjunto de todas estas inclemencias que poco a poco van mermando el buen funcionamiento de las diferentes piezas mecánicas.
Cada pieza debe tener un buen mantenimiento, tal como muchas ya hemos comentado en nuestro blog y cuya base pasa por una buena limpieza y lubricación de los diferentes componentes. Hace algún tiempo ya os comentamos cómo lubricar la cadena y las diferentes opciones que existen en nuestro catálogo de lubricantes y engrasantes, por lo que ahora os vamos a detallar otras partes de las bicicleta que tenéis que vigilar.
Empezando desde la parte delantera de la bicicleta lo primero que nos encontramos son los frenos, el lugar donde NUNCA debe caer una gota de grasa, aceite o cualquier tipo de agente externo, de ocurrir seguramente las zapatas se contaminen y tengamos que cambiarlas, pues dejarán de frenar.
Bien, una vez superado este primer susto, uno de los lugares que menos caso hacemos es la horquilla de suspensión. Este componente de la bicicleta, aunque debe revisarse en profundidad en un taller especializado según los kilómetros que hagamos, hay un par de acciones que podemos hacer para mantenerla en perfecto funcionamiento.
Es algo tan sencillo como limpiar las barras tras cada salida retirando el polvo y suciedad de las botellas, para luego aplicar un par de gotas de lubricante. En muchos lugares se comenta que no es necesario, pero unas pequeñas gotas no hacen daño a nadie, incluso lo ideal es aplicarlas con un trapo para asegurarnos de haber aplicado la cantidad exacta.
Siguiendo con los elementos a engrasar que a veces olvidamos nos encontramos con los pedales automáticos, un elemento a tener en cuenta y que podemos mantener nosotros mismos. Es tan sencillo como tras limpiarlos con un pincel engrasarlos ligeramente dejando caer una gota de grasa sobre los muelles. Para los más mañosos, siempre existe la posibilidad de desmontar los pedales para engrasar los rodamientos, pero en estos casos siempre es mejor contar con un taller especializado como el de nuestra tienda de bicicletas, pues hay una alta probabilidad de no saber volverlos a montar.
Como veis estos dos elementos, junto con la cadena y los piñones de los que ya hablamos en su momento, son suficientes para asegurarnos que nuestra bicicleta no va a tocar el taller, más que un par de veces al año para realizar esas revisiones de caja de pedalier, horquilla de suspensión y una puesta a punto general.
Si por tiempo, desconocimiento o cualquier otro motivo no puedes llevar a cabo un buen mantenimiento de tu bicicleta, en nuestra tienda de bicicletas Clootbike, el equipo de mecánicos profesionales estará encantado de realizar la puesta a punto de vuestras máquinas para que nada os pare este verano.