La transpirenaica, la transcantábrica, la ruta del cid, la de la plata, el camino de Santiago o porque no, recorrer algún lejano país en bicicleta.
Estas ideas siempre rondan por la cabeza de muchos de nosotros y en ocasiones se van postergando y postergando hasta que llega el momento tan deseado. Es entonces cuando uno empieza a realizar los preparativos para el viaje. Como se suele decir el camino no comienza el primer día que empiezas a pedalear, sino la primera vez que la idea de hacer algo diferente ronda por tu cabeza. Una idea que va tomando forma, hasta que comienzas a trazar la ruta y a comprar nuevo material para la aventura que está por venir.
Hoy en clootbike vamos a tratar un material que para muchos es un desconocido, pero que puede darnos muchas satisfacciones y pocos quebraderos de cabeza, salvo encontrar dos árboles. En la gran mayoría de los casos, cuándo uno empieza a preparar el material de aventura y llega al punto de elegir cómo va a dormir, lo primero que piensa es en comprar una tienda de campaña, un saco de dormir y una esterilla; quizás algunos una almohada y poco más, pues el descanso junto con la alimentación es el condimento esencial para poder rendir cada jornada.
Entre los beneficios de una tienda de campaña, nos encontramos con que nos protege del frío externo, aunque no más de 5 grados, además de darnos cobijo en caso de lluvia y si elegimos bien la tienda, puede tener una pequeña techumbre para permitirnos cocinar en su porche al amparo de los elementos.
Pero no todo son ventajas en una tienda de campaña; para empezar, una pendiente es un enemigo casi insalvable, además, hay que vigilar el suelo en el que plantemos la tienda vigilando que no esté húmedo o con salientes en forma de piedra o ramas que puedan convertir nuestro sueño en una pesadilla. Por último, vigilar que no haya hormigas en las inmediaciones o posibles madrigueras de animales que vengan a curiosear de madrugada o al alba.
En clootbike como intrépidos aventureros y sufridores en nuestras carnes de lluvias, tormentas, vientos e inclemencias del tiempo de todo tipo, hemos consultado a los astros y nos han dado una respuesta en forma de hamaca, que estamos deseosos de poner a prueba en nuestra próxima escapada.
Si uno se pone a pensar, una hamaca tiene muchas ventajas, no importa el tipo de suelo, ni tampoco la pendiente, además no hay que preocuparse por el viento y tampoco por la condensación, ese gran enemigo de las tiendas de campaña y que, al menos en verano puede hacernos sudar de calor. Pero no todo son ventajas, pues hay algo que una hamaca no nos permite y es cocinar dentro, para todo lo demás, siempre que haya dos puntos de anclaje podremos dormir a pierna suelta.
De esta guisa, tras investigar por la web, sobre todo en UK y USA, hemos descubierto que hay mucha información y tipos de hamacas especiales para todo tipo de aventuras, desde zonas selváticas hasta escapadas domingueras.
Así pues, tras varias semanas investigando, os dejamos una pequeña guía de lo que creemos son las bases para una buena experiencia con este modo de viajar.
- Si decides buscar una hamaca nuestra recomendación es que sea de doble capa y esto es debido a la necesidad de colocar un aislante entre el saco de dormir y la hamaca. El motivo es porque en zonas de frío ya sea alto o moderado, el aire en los riñones no es bueno y esto nos permitirá paliar el frío.
- Existen dos sistemas de anclaje, o bien por correas o por cuerdas. La diferencia entre ambas es que las correas son más fáciles de colocar que las cuerdas y además no marcan los árboles.
- No te olvides de la mosquitera, ya sea fija o añadida, pues así evitarás picaduras molestas.
- Si crees que va a llover en tu aventura, no olvides una techumbre, las hay de muchas medidas, pero si lo que quieres es ahorrar espacio y peso, con un techo de 3x3metros es suficiente.
- Si viajas a climas extremo o fríos, también hay soluciones para ti, pues existen una especie de sacos especiales que cubren la parte inferior de la hamaca que ofrecen un gran confort. Este tipo de elementos son ideales para lugares como Noruega o climas invernales.
No podemos cerrar este artículo sin tres consejos que harán tus pernoctaciones más placenteras en una hamaca y que estamos seguros agradecerás.
- Duerme en diagonal. Esto quiere decir que no duermas como si fueras una banana, sino cruzado en la hamaca, para que la espalda no esté tan curvada.
- No extiendas del todo las rodillas. Al igual que sucede cuándo ponemos los pies sobre una mesa sin apoyo poplíteo, en una hamaca debemos de evitarlo, para ello coloca algo de ropa bajo tus rodillas.
- Recuerda que el ángulo al que deben estar las cuerdas debe ser de 30grados, para ello es tan fácil como poner la mano en forma de pistola dejando el dedo índice paralelo al suelo y ver si la cuerda pasa entre el pulgar y el índice, de no ser así habrá que variar el ángulo para lograr esos 30 grados que os comentamos.
Esperamos alguno de nuestros seguidores se anime a probar estas hamacas y nos cuente su experiencia, nosotros después del verano, confiamos en poder hacer lo mismo.